En el rugby las cosas no van mejor. Comenzando por la fama de ser un deporte de contacto, de equipo y de violencia. Es fácil entender por qué las mujeres se rehúsan a practicarlo. Y esta aversión no se debe sólo a la complexión de cada sexo, sino porque este deporte representa la bandera de la virilidad masculina, cerrando la puerta a cualquier presencia femenina.
Sin embargo, estudios comparativos demuestran que entre los 11 y los 14 años, las chicas son mucho "mejores" jugando rugby. Las jóvenes son más vivaces, más aguerridas y más efectivas... y no rehúyen el compromiso físico que exige este deporte de contacto. A esta edad, las ideas preconcebidas, en especial cuando se refiere al género y a sus supuestas diferencias, aún no están arraigadas en sus cerebros.
¿No es prueba suficiente de que el rugby no es solo para chicos? Nos gusta pensar que sí.
Y creemos que si se educa a las nuevas generaciones a jugar en equipos mixtos de rugby desde la primaria, seguramente ayudaríamos a cambiar muchas mentalidades...
En todos los continentes, existe un verdadero entusiasmo por el rugby femenino, que durante mucho tiempo se había reservado solo a los hombres. El objetivo de la World Rugby es claro: duplicar el número de mujeres inscritas entre 2017 y 2025.