Ana y Pablo: el deporte en duo (o casi) en la casa
Hoy es miércoles, son las 6 de la tarde. El entrenador de Ana y Pablo llega de muy buen humor, Ana tiene 57 años, Pablo, 77; los tórtolos ven de una a dos veces por semana a un entrenador para una sesión deportiva de acondicionamiento en pareja.
Sentado con las manos cruzadas sobre el vientre, Pablo (siempre bromista) sonríe mientras nos cuenta que el deporte en pareja le gusta, sobre todo porque “¡cuando el entrenador se ocupa de uno, el otro puede descansar!” Y cuando le preguntamos por qué escogieron hacer deporte juntos, Pablo voltea a ver a su esposa.
LAS RAZONES MÉDICAS
Enfermera de profesión, Ana ha metido poco a poco a su marido en la aventura del deporte por motivos médicos, señalando problemas de memoria. Pablo, que antes fue un deportista de alto nivel en hockey sobre pasto y golfista acostumbrado a grandes espacios, no le emociona la idea de hacer deporte en casa.
Empezó por tomar los últimos minutos de los entrenamientos, avanzando hacia las medias horas para, poco a poco, y casi sin darse cuenta recibir al entrenador y esperar a Ana para comenzar la sesión. Hacer deporte sin darse cuenta; ese es el objetivo de Ana. Pablo agrega que “a veces no es fácil hacer deporte juntos porque no tenemos el mismo ritmo”.
Pero, Ana responde que “esa es la habilidad del entrenador: poder adaptarse a nuestros dos ritmos, yo no podría jamás hacer eso en el gimnasio. Lo que buscaba al llamar a un entrenador a domicilio es justamente esa personalización de las sesiones”.
Ana nos cuenta que, al principio de esta experiencia, ellos aún trabajaban. Entonces, esa opción les permitía a ambos compartir tiempo durante una hora. Actualmente, Pablo está jubilado, por lo que el enfoque es distinto: “hacer deporte juntos es divertido, pero como enfermera, sé que le hace bien; así, lo cuido y nos ejercitamos a modo de cuidarnos”.
Ellos no tienen los mismos gustos, ni objetivos. Ana sufre dolores de espalda y busca fortalecer el cuerpo y atenuar el dolor. Pablo tiene problemas de memoria y busca entretenerse.
UN GESTO DE AMOR
Posteriormente, nos enteramos que, en algún momento, practicaron golf en pareja, y ¡resultó ser un verdadero desastre! “Mucha presión, más valía no jugar juntos”, dice Ana muy divertida mientras recuerda sus intentos. “Prefiero compartir un momento juntos, nada de ganar trofeos, mejor ganar salud; mi iniciativa es un verdadero acto de amor…”. Y, entonces nos damos cuenta de que detrás de esas palabras, hay cariño y ternura… ¡son adorables ese par!