La bicicleta: fuente de bienestar
¡No hay nada como tomar tu bicicleta por la mañana para despertarte tranquilamente y activar tu cerebro para el resto del día! Cuando te desplazas al trabajo en bicicleta, se convierte en un momento sólo para ti, en el que puedes reflexionar sobre tu día a la vez que te cuidas.
Pedalear tiene sin duda un efecto de yoga.Cuando llegues a la oficina, tu cabeza estará despejada y te sentirás con energía para afrontar el día. Por la tarde, volver a casa en bicicleta resulta también muy positivo, sobre todo para tu estado de ánimo: cuando te conectas con tu entorno, te desconectas del trabajo, te centras en tu cuerpo y llegas a casa más ligero.
El ciclismo y el yoga tienen mucho en común: la relajación, el tiempo para sí mismo, deshacerse del estrés, entrar en contacto con el mundo, convivir con otras personas, reconocer el cuerpo y el momento presente... Además, para los ciclistas que tienen que recorrer muchos kilómetros con algunas subidas, hacer yoga puede ser muy útil para mantener una zona de confort durante el trayecto, sobre todo mediante la respiración.
En general, conviene trabajar la flexibilidad de las caderas y los músculos más utilizados para mantener una buena movilidad. Lo cierto es que al combinar el ciclismo con el yoga se consigue mantenerse en buena condición física general.