No dejes nada atrás: debes regresar todo lo que lleves contigo. Esto también aplica para los residuos biodegradables. Incluso si crees que es buena idea tirar las semillas de manzana que te comiste e imaginar que en unos años crecerá un árbol frutal, lo cierto es que no conoces el ecosistema que te rodea y quizás no sea la mejor idea. No olvides el papel higiénico y los productos de aseo en general.
Hay que tener en cuenta que una cáscara de fruta tarda 6 meses en desintegrarse; un chicle, 5 años; y una colilla, 15 años. Tardará 450 años un envase, 500 años una lata, 1,000 años una botella de plástico y, por último, ¡4,000 años una botella de vidrio! Si vas de excursión durante el día, y teniendo en cuenta las necesidades grandes y chicas, lo mejor es escarbar tu letrina a unos 20 cm de profundidad, a más de 70 metros de tu campamento base, y rellenar y camuflar el agujero después de llenarlo. Por último, el agua es valiosísima, por lo que no debemos contaminar los ríos. Vacía el agua, libre de productos químicos, a más de 70 metros de un caudal de agua. Usa un jabón biodegradable. Los hay muy compactos y multiusos para lavar los trastes y el aseo personal.